lunes, 26 de marzo de 2007

300



Se oyen todo tipo de sandeces a cuenta de la película “300”. Los iraníes se quejan de que los persas salgan como malos y maricones. Los adalides de lo políticamente light tiemblan ante la cantidad de sangre derramada por fotograma (¿y qué esperaban en un peplum de guerra?). La izquierda sin segundas vueltas señala que el tal Leonidas era un facha y punto. Y los fachas, por su parte, afirman que aquellos espartanos sabían defender su libertad frente al enemigo, no como otros.

El director de la película apunta un poco más alto reflexionando así: si los espartanos no se hubieran inmolado en el paso de las Termópilas, Grecia habría sido anexionada al Imperio Persa y no hubiera surgido allí el germen del pensamiento occidental. Esta línea puede afinarse un poco. En efecto, sin la machada de Leonidas y sus muchachos, la Grecia clásica, la de Sófocles y Eurípides, no habría existido. El legado griego, sobre todo en los campos de la filosofía y la política, habría sido mediatizado por la dominación persa. Pero hay otra consideración. Todo lo bueno que dio el pensamiento griego se salvó, curiosamente, por el sacrificio de aquellos que lo combatían a sangre y fuego. Esparta era una dictadura militar de la peor especie. Allí nunca hubo espacio para la cultura ni las libertades. La sesgada democracia ateniense era un paraíso comparada con lo que había en Esparta, que durante décadas estuvo en guerra con Atenas. De manera que la épica batalla entre unos pre-nazis y un imperio teocrático dio como resultado que la filosofía griega pudiera florecer y acabara matando a dios de una vez. La gesta de las Termópilas fue ciertamente determinante, pero si los espartanos obraron de forma suicida fue por sus alianzas políticas en tiempos de guerra y, sobre todo, porque no les quedaba otro camino: no hay más que leer la historia.

Leonidas no era ningún héroe, sino una bestia. Sus hoplitas no luchaban por la libertad, sino por sus privilegios. Hacen bien los fachas de aquí y ahora en adorar al rey Leonidas, pues son de la misma pasta. Bueno, de la misma no: Leonidas iba a la batalla al frente de los suyos y era el primero en recibir las tortas.

jueves, 22 de marzo de 2007

¿QUÉ ES PEOR, UN NUEVO RICO O UN MILLONARIO DE LA ARISTOCRACIA?



Reconozcámoslo: somos un país de nuevos ricos. En las últimas décadas España se ha transformado espectacularmente. Los fondos de cohesión comunitarios han florecido como un plan Marshall exprés y han regado de millones un país secularmente pobre. Así las cosas, nos hemos convertido en un parque temático de nuevos ricos, de gente cuya bonanza sobrevenida les ha dejado con las vergüenzas al aire. Compramos, sin gusto ni criterio, segundas viviendas, cuatro por cuatros y ropa de Fulano de Tal. Lo que sea menos un libro. Aceptamos como zombies los nuevos menús y las nuevas minutas. Jugamos al golf, pagamos a arquitectos enloquecidos para que nos construyan monstruosidades carísimas y nos llevamos las manos a la cabeza por lo mal que habla español el servicio. Hacemos todo eso -y más- sin habernos quitado todavía el olor a ajo y aceitunas. Nos miramos el ombligo y lo encontramos pluscuamperfecto. Somos, coyunturalmente, unos triunfadores. Damos asco.

Antes no era así. El pueblo vivía de su ínfimo peculio, así que solo se podía ser rico en virtudes, ya fueran integradas o apocalípticas. Los ricos eran otros, los de siempre. Esos siguen siendo ricos, inmensamente ricos. Son gente que no es de este mundo. Son los dueños de la tierra, de las almas y de los intereses. Siguen partiendo el bacalao, aunque ya no son odiados ni reverenciados. Ahora simplemente los envidiamos. Esos seres que se creen íntimamente superiores por mor de su linaje de curso legal han venido a convertirse en el espejo en el que nos miramos. Vamos, pues, por el buen camino.

sábado, 10 de marzo de 2007

RABIA



El María Moliner da tres definiciones de la palabra rabia:

-Estado de enfado que se exterioriza con manifestaciones violentas, como gritos, golpes o ademanes descompuestos.

-Enfado o disgusto violento producido, por ejemplo, por algo que sale o resulta distinto de como se desea, por una oportunidad desperdiciada, por envidia de que otro consiga lo que uno mismo quiere, o por algo que le sucede bien a alguien a quien se tiene antipatía.

-Enfermedad infecciosa que ataca a algunos animales, particularmente al perro, y que, por mordedura de él, se transmite a otros y al hombre.


Las tres son pertinentes.

jueves, 8 de marzo de 2007

EL COLEGIO



Ya es un lugar común describir la actitud de congresistas y senadores como la de unos colegiales maleducados. Tras cada bronca, los bien pensantes de turno hablan de la vergüenza que produce semejante comportamiento entre gentes de tan alta alcurnia como son los representantes del pueblo español. No lo entiendo, la verdad. Creo que son unos cabales “representantes”, puesto que llevan a las cámaras las mismas actitudes, y en las mismas proporciones sectoriales, que vemos todos los días en la calle. Los más broncos, ya se sabe, los de la derecha, que se adornan con las virtudes chulescas del señorito español, la osadía de la ignorancia y el servilismo castrense de los franquistas. Menos bullangueros, pero gamberretes al fin y al cabo, los socialistas, tan nuevos ricos ellos y tan prepotentemente crecidos en su molde de español del nuevo siglo. Más calladitos son los de IU, que aún conservan algo de humildad de clase, sobre todo porque no son más que cuatro gatos. Los catalanes, desde luego, los más educados, con esas calvas enceradas de europeismo. Los vascos tampoco meten mucho ruido, quizás por la impresión que les produce estar en tierra extraña. Bueno, no todos los vascos, porque cuando todavía aparecían por el Parlamento los chicos de la gasolina, la montaban, pero claro, es que los españolitos fachas, aunque se sueñen vascos y de izquierdas, son así.
¿Alguien esperaba tener unos parlamentarios bien educados, razonables, inteligentes y respetuosos? Si es así, se ha equivocado de país.

domingo, 4 de marzo de 2007

LA ÚLTIMA VEZ



La última vez que lo intentaron estuvieron tres legislaturas en la oposición.
Y la última vez que lo consiguieron estuvieron cuarenta años en el poder.