sábado, 8 de marzo de 2008

REFLEXION



REFLEXIÓN

Sábado 8 de marzo de 2008, día de reflexión. Reflexionemos pues. Sea cual sea el resultado de las elecciones de mañana hay una cosa segura: varios millones de personas van a votar tanto al PSOE como al PP. Esto último da que pensar. El PP ha puesto las cartas sobre la mesa. Ya no hay duda de qué tipo de partido se trata: es de extrema derecha. No hace falta argumentar más sobre el particular, a menos que uno quiera liarse con la corrección política, y los matices de las mentiras. Y este hecho no es algo nuevo. Lo mismo podría decirse de las pasadas elecciones. Lo cual significa que en España hay alrededor de diez millones de personas que no tienen inconveniente en votar a la extrema derecha. Ese es el verdadero problema de este país.
A lo largo de toda la campaña hemos podido leer innumerables artículos de gente más o menos cualificada diciendo que si el PP pierde estas elecciones tendrá que girar hacia el centro, renovar su discurso, bajar del monte, etcétera. No va a ser así. El PP, como todos los grandes partidos, apenas tiene componentes ideológicos. No es más que una maquinaria de poder. Y es precisamente a este tipo de partido al que el electorado español le está demostrando que hay un fuerte caladero de votos en la derecha más extrema. En consecuencia, nadie dentro de ese partido se va a plantear un viaje a ninguna parte. ¿Qué pasaría si por un revolcón electoral el PP decidiera cambiar su mensaje, convertirse en un partido de derecha liberal a la europea? Pues que nacería una corriente a su derecha con grave riesgo de fractura del partido. Nadie dentro de PP quiere eso; significaría perder su condición de partido de gobierno.
Creo que con frecuencia echamos demasiadas culpas a los partidos políticos, como si fueran agentes externos a la sociedad. El problema que tenemos en España no es que el PP sea de extrema derecha. También lo es Falange y grupos similares, y ello no representa ningún dolor de cabeza al sistema. El problema real es que hay diez millones de personas que votan a la extrema derecha con total conocimiento de causa. Y, dicho sea de paso, no podía ser de otra manera. Tras cuarenta años de franquismo, éste es el legado que nos queda. ¿O creíamos que nos iba a salir gratis dejar que el dictador muriese en la cama?

15 comentarios:

Anónimo dijo...

"Las masas también se equivocan", que dijo Lenin. De ahí que la fiesta de la democracia sea casi idéntica al entierro de la sardina.

La Caverna de Rictus dijo...

Correcto. Tanto es así que el orden de los factores apenas variaría el producto: la democracia de la sardina o el entierro de la fiesta.

Anónimo dijo...

Querido monstruo, como siempre andas urgando en las heridas y se te van a llenar de moscas. Por cierto, he añadido tu blog en mis favoritos de creaciones yopo.
Ta luego. El Manolo

Anónimo dijo...

Me parece una reflexión parcial y sectaria.

El PP en el gobierno no se comportó como un partido de estrema derecha.Quizá no le hiciera falta...

Si ha hecho una oposición de extrema derecha, pero las estrategias son las estrategias. Se ha equivocado.

En cuanto a si va a cambiar o no en su estrategia. Creo que si. Se moderarará, pactará la política antiterrorista y centrará sus invectivas en la economía, que a pesar de las inyecciones de papel ...

Los 10 millones... que han votado al pp tienen miedo, y los otros diez millones que han votatado al psoe también. Este es un pais de miedos enfrentados, de sombras que se debaten a garrotazos. Goya lo vio clarísimo.

Es un país de miedicas, desconfiados, truanes y sátrapas, que se proyectan en los otros sin rubor alguno, que se escupen... etc Que a todo eso lo queramos disfrazar con extremismos perfecto.

Es un pais que adora al coco y desprecia las sardinas, con los ricas que están....

La Caverna de Rictus dijo...

Vayamos por partes, como recomendaba Jack The Ripper.
Manolo: En efecto, urgo en mis heridas con la misma pasión que se hacen el hara-kiri los japoneses en las películas buenas. Leo con asiduidad tu blog y me lo paso fetén. En cuanto tenga un momento para urgar en la herida de las instrucciones de uso de este blog, te incluyo en los favoritos.
Blues: Estoy completamente de acuerdo en que la pintura de Goya de los garrotazos es la fotografía veraz y permanente de las relaciones sociales en España. También de acuerdo en que en este país se vota por el miedo, que somos desconfiados, que nos creemos lo que no somos, que vemos en los demás la viga que portamos en nuestros propios ojos, etcétera.
En desacuerdo en todo lo demás. El PP hizo desde el gobierno una política de extrema derecha. La de derecha a secas es la que hace el PSOE, a menos que me haya quedado ya tonto del todo. Y los votantes del PP -te lo dice uno que vive en Madrid y escucha a la gente en los bares- son sencillamente la hez de la humanidad.
Ah!, las sardinas muy ricas

Anónimo dijo...

Lo de Madrid es paradójico. Entre tanto dinero... cómo va ganar la derecha si lo puede hacer la estrema derecha.

Estoy de acuerdo. Este es un pais de derechas en todos los sentidos:

+ Nacionalismos de derechas
+ Nacionalismos fascistas
+ El ala izquierda de la derecha que va a desaparecer (IU)
+ La derecha centrada, el PSOE
+ La estrema dcha, el PP

Si, un sólo personaje peleando con su sombra, a garratazos...

ESTAMOS DE ACUERDO

ah, y Rosa Diez, una especie de homúnculo de dcha que busca su espacio....

Anónimo dijo...

Izquierda Unida y el burro de la noria


La última debacle a la que ha llegado Izquierda Unida requiere que
nos paremos a pensar con valentía el sistema político y electoral al
que nos estamos dedicando. No podemos negar las responsabilidades de
la dirección actual con Gaspar Llamazares a la cabeza, la
desmovilización de una militancia que se reflejó en que sólo
cincuenta personas asistieran al recuento en la sede nacional, o la
patética sugerencia de ofrecernos como ministros dos días antes de
quedarnos en dos diputados.
El panorama, en mi opinión, es mucho más grave, y se fundamenta en
que el sistema actual está perfectamente pensado y diseñado para que
IU nunca llegue a nada. Aunque muchas personas lo han recordado,
hemos de ilustrar brevemente las matemáticas por las cuales la
coalición ha necesitado medio millón de votos para cada diputado,
mientras otros partidos con esos votos alcanzaban diez diputados. En
realidad tampoco es que IU haya necesitado medio millón de votos por
diputado, es mucho peor, los diputados se han conseguido uno con
163.633 votos en Madrid y otro con 154.300. El resto, 745.008 votos,
no han servido para nada según establece la legislación electoral
mediante la circunscripción provincial. Javier Ortiz recuerda que
con 773.993 votos CiU ha logrado 11 escaños. Pero es que sumados a
todos los restos de votos de todos los partidos que no alcanzan a un
diputado, la cantidad de votos que no tienen representación en el
Parlamento son millones. Armando B. Ginés, en rebelión.org, estima
que esos votos corresponderían a 27 diputados que no aparecen en el
hemiciclo y que, por tanto, son apropiados por los partidos
mayoritarios que se benefician de la injusta ley electoral. A ellos,
el autor añade los 82 escaños vacíos que corresponderían a quienes
se han abstenido o votado en blanco. En total 109 escaños de “dudosa
legitimidad democrática e intachable legalidad, es decir, casi un
tercio del hemiciclo.”
Llamazares habla de tsunami bipartidista como si fuese algo
coyuntural y no es cierto, el modelo es estructuralmente
bipartidista, incluso hay algunas circunscripciones donde lo es
obligatoriamente porque sólo le corresponden dos diputados. A todo
ello hay que añadir el patrón mediático de presentar las elecciones
legislativas como unas presidenciales a elegir entre los dos
candidatos de los partidos mayoritarios, hasta el punto que se
celebran debates, ratificados por la Junta Electoral, con la sola
presencia de ellos dos o se cubre la jornada electoral haciendo
referencia a los recuentos de sólo esos dos partidos.

Es verdad que en el periodo de Julio Anguita IU llegó a tener más de
veinte diputados, pero, además de por el mérito indiscutible de
aquel coordinador, fue por una determinada coyuntura política
caracterizada por un PSOE desautorizado desde el punto de vista
ideológico por aplicar políticas de derecha (privatizaciones,
políticas laborales respondidas en huelgas generales), un corrupción
trepidante sin precedentes en nuestra democracia, su guerra sucia
contra ETA y una derecha que se presentaba como centrada a la que
nadie tenía miedo. En realidad, como ya escribieron algunos
analistas entonces, aquel voto de IU era prestado, procedente de
socialistas indignados por la corrupción que, una vez saneada la
imagen de su partido vuelven a votarle años más tarde. Es muy
difícil que se vuelva a dar ese panorama, o dicho de otra manera, se
necesita llegar a la corrupción de los gobiernos de Felipe González
y a una imagen centrada del PP para que IU pueda aspirar a esa
representación.
De forma que, no nos engañemos, la ciudadanía tiene la percepción de
que, aunque las políticas económicas sean muy parecidas, hoy no es
lo mismo Zapatero que Rajoy, aunque a muchos de nosotros sus
diferencias nos parezcan anecdóticas e irrelevantes en lo esencial.
Los votantes de más de cuarenta provincias saben que sus votos a IU
irán directamente a la papelera y es lógico que, siendo de
izquierdas e incluso compartiendo el ideario de IU, voten al PSOE,
por mucho que, como escribiera recientemente Julio Anguita en Mundo
Obrero, sea necesario “votar en conciencia y que quien no la haga
esté renunciando a constatar valientemente ante el electorado el
respaldo a sus ideas, y renuncie a ser él o ella mismo”. Miles de
ciudadanos son conscientes de que votar en conciencia, en el sistema
actual, es tirar su voto. No podemos estar durante décadas
pidiéndoles a esos ciudadanos un voto inútil. Yo ya estoy harto de
hacerlo, estoy cansado de dar vueltas a la noria reivindicando el
combate contra el voto útil a sabiendas que en cincuenta provincias
el voto a IU el pasado 9 de marzo fue inútil y en más de cuarenta lo
será siempre. Ellos saben que su dilema no es otro que el de o tirar
su voto a la basura o frenar al PP votando al PSOE, por mucho que
esa lectura nos duela. No hay proyecto ilusionante en IU que pueda
romper con esta perversión, no nos engañemos.
Si hacemos memoria, podremos recordar que en las penúltimas
elecciones generales de 2004, muchos ciudadanos de la izquierda
radical, incluso más allá de IU, que nunca votaban, lo hicieron al
PSOE para expulsar al PP, conscientes de que puestos a buscar un
resultado práctico, por muy radicales de izquierda que se
consideraban, lo único que tenía sentido era votar socialista.
Por tanto, va siendo hora de que Izquierda Unida se plante de forma
contundente contra esta farsa electoral y deje de seguir perdiendo
fuerzas, dinero, ilusiones y potencial humano en unas convocatorias
electorales perfectamente diseñadas para mantenerla en la
marginalidad siempre. Podremos tener mejor o peor dirección, hacer
seguidismo o combatir las políticas neoliberales del PSOE, reactivar
el PCE o no, cambiar la dirección actual, pero siempre estaremos
condenados a la marginalidad parlamentaria y nunca el modelo será
democrático y representativo del ideario ciudadano.
A todo ello se une la última perversión del sistema, que es la de
contar con dos millones de inmigrantes, en su mayoría obreros y
personal no cualificado, que no tienen derecho al voto. Son dos
millones de ciudadanos que están de forma legal en nuestro país, que
cotizan a la Seguridad Social, pagan sus impuestos, se ubicarían por
razones de clase en la izquierda, pero sobre los que pende la espada
de Damocles de la no renovación de su residencia si resultasen
política y socialmente reivindicativos. ¿Qué diría la derecha si dos
millones de ricos y directivos empresariales no tuviesen derecho a
voto?
Seguir insistiendo en el voto a IU tal y como está la situación
resulta la opción más desesperanzadora y desmovilizadora de todas.
Es el momento de decir que no estamos dispuestos a sostener la farsa
y plantarnos, el dilema es cómo. No se trata de voto útil o no, sino
de si queremos seguir siendo los tontos útiles que legitiman el
modelo a sabiendas de que nos condena a la marginalidad. Julio
Anguita condenaba el “señuelo del voto útil”, pero yo creo que el
auténtico señuelo que nos engaña es el del sistema electoral.
Es verdad que no hay muchas opciones, pero no podemos seguir
legitimando este teatro. Si bien la política no es sólo el voto e
Izquierda Unida debe priorizar como objetivo el trabajo social y la
sensibilización política en la calle por encima de convocatorias
electorales, debemos sopesar opciones valientes si de verdad
queremos regenerar el sistema político español. Desde plantearnos,
por ejemplo, no presentarnos a las elecciones y apoyar
coyunturalmente con nuestro voto al partido mayoritario que se
comprometa a cambiar la ley, a realizar una campaña de fraude de ley
empadronándonos en las únicas provincias con posibilidad de
representación, Madrid y Barcelona. No podemos seguir pidiendo a las
gentes honestas de izquierda que tiren su voto a la basura, no
podemos seguir siendo el burro que da vueltas a la noria.
www.pascualserrano.net

Anónimo dijo...

Cuatro preguntas:
1. ¿Cuántos militantes tiene el PCE?
2. ¿Cuántas organizaciones y personas se contabilizan dentro de Izquierda Unida?
3. ¿Alguien conoce algun partido, a derecha o izquierda, que funcione con democracia interna real?
4. ¿En nombre de qué democracia particular hablan quienes piden el voto en nombre de la democracia formal?

Anónimo dijo...

El modelo está establecido y no tiene motivos para cambiarse desde dentro.

Lo más lógico es la integración de la izquierda en un único partido, en el que se den diferentes líneas, claras y definidas. La democracia interna de ese partido sería lo importante.

Lo demás son gorgaritos de aquellos que continuan lastrados por la historia como el PCE, o IU. un intento de aglutinar en torno al PCE otros sectores de la izquierda.

Quien quiera jugar en el sistema y a ocupar poder que participe desde dentro.

Quien quiera evitar ser subsumido y crea en otro tipo de Acción, que se olvide de lo parelamentario y vuelva a la base, a currar con la peña en su barrio o en su pueblo. Ahí se puede hacer mucha fuerza REAL, por y en lo cotidiano.

¡Claro que de esto no se puede vivir, no cabe el "profesionalismo político"!.

Anónimo dijo...

demasiados anticomunistas en el mismo blog

La Caverna de Rictus dijo...

Nunca supuse que este modesto post provocara tanta pasión. Me alegro, en cualquier caso. Creo que sería el momento de plantearse qué es la izquierda -o qué debería ser a día de hoy- antes de seguir con las diatribas, porque lo único que queda claro es la naturaleza y la magnitud de la derecha en este país (y fuera, también).
Y ya que se trata de un blog que patrocina esta casa, me permitireis una pequeña manía: no me gustan los anónimos.

Anónimo dijo...

joder pues a ver si habilitas bien las entradas.
no hay manera de identificarse

Anónimo dijo...

como lo hago. probando... probando...

Anónimo dijo...

Al no haberle sido ajustadas las debidas cuentas al nacional-catolicismo, a la peculiar adaptación casera del fascismo por Franco, la izquierda quedó severamente amputada. De ahí el largo brazo de la derechona y sus derechas. La refundación moral -y real- de las izquierdas pasa por hacer que unos derechos otorgados no puedan ser recortados ni derogados. Eso exige cierta intransigencia y una inevitable dosis de dolor -al menos de cabeza- para tanto facherío.
Salud. Sentadito en la escalera.

Anónimo dijo...

amigo rictus, cuando repites la palabra problema, es por que es asi un problema, para el resto.
eL otro dia con un papi del cole,,
habladon de asesinos, los dos teniamos claro que hitler era uno, cuando le comente que franco tambien lo era, le cambio el careto, argumentando que no lo creia , es mas no era cierto, que en aquella epoca no habia gobierno,
No se que querra enseñar a su hijo ese elemento, pero es asi.
El problema fue que murio con las botas puestas y sus hijos siguen pensando que el cortijo es suyo

besos del aguilon